miércoles, 4 de noviembre de 2020

El día a día de Carlos como vendedor ambulante

Como cada semana de lunes a sábado desde las 6 de la mañana hasta las 12 del medio día, el pequeño Carlos Gómez de 12 años salió de su casa con un suéter verde tipo militar, una gorra negra y una mascarilla azul que lo acompaña desde que la pandemia de la Covid-19 afecta al país.

Pero, el primero de noviembre a pesar de ser un día domingo en el cual se suponía que era un día de descanso, al pequeño le tocó trabajar para así ayudar a su familia, porque sin importar el frío, la lluvia o el calor sale todos los días de su casa con esperanzas de que el día este lleno de provecho y ventas, pues necesita ayudar a solventar gastos que se dan en su hogar.   

Carlos es uno más de los niños que se dedican a trabajar en el área informal, específicamente por medio de las ventas, y es así como con un costal lleno de dulces de chocolate, caramelo y nutella que ofrece a 1 quetzal junto con las galletas de frambuesa y queso fresa que vende a 2 por 5 quetzales espera que su día sea prospero.

Para eso se dedica a buscar zonas comerciales como el mercado Venezuela, ubicado en zona 21 y el mercado de Ciudad Real, ubicado en la zona 12 de Villa Nueva, que en lo particular son zonas en las que permanece un poco más cerca de su vivienda ubicada en la colonia Guajitos en zona 21.

Sin embargo, en esta ocasión se decidió en  ir al mercado de Ciudad Real, el cual es su zona preferida para trabajar debido a que es el lugar donde él siente que le va mejor a la vez que se siente más cómodo,  ya que al tener ya tiempo de estar trabajando en esa zona ha logrado simpatizar con varios de los comerciantes del lugar. 

No obstante, al ser un día de asueto esperaba que su venta fuera mayor que la que ha tenido el resto de la semana, aunque también se encontraba impaciente por regresar a su vivienda, por lo mismo revisaba su pequeño celular esperando que el tiempo avanzara lo más pronto posible.

Mientras que al mismo tiempo buscaba a su hermana quien algunas veces lo acompaña, debido a que no consigue un trabajo por su falta de estudios, además de que no tiene quien cuide de sus tres hijos, dentro de los cuales se encuentra uno de menos de 2 años.

Por otra parte, no es la única que lo acompaña, porque otras veces es su progenitora, quien es una mujer de más de 40 años a quien ya no le dan trabajo por lo mismo de la edad y por la falta de estudios que posee.

Por el contrario, existen días en los cuales le toca ir sin ningún acompañante debido a que deciden ir a distintos mercados y así lograr abarcar un mayor numero de ventas de su producto, producto que consigue en la zona 4 de la ciudad de Guatemala, en la famosa zona de, La terminal, lugar en el que algunas veces a la semana va en busca del mismo y aprovecha a ofrecer a las personas que se encuentren en el lugar.

Se puede señalar también,  el entusiasmo con el que se dedica a trabajar, contando siempre con una sonrisa que a pesar de que la mascarilla la cubre se puede hacer sentir con el acompañamiento de la amabilidad y empatía con la que ofrece cada producto que posee.

Por ende, en el día de muertos él se ha dedicado a seguir compartiendo con las personas, pero también decidió darse un gusto mientras continuaba con su venta, así que se encaminó  en busca de un helado, pero no de cualquiera, sino que de uno de sus helados favoritos como es el de mango.

Así que, mientras comía un helado que logró comprar por la bondadosa ayuda de una persona quien le regaló 10 quetzales, sostenía una bolsa llena de ropa que una de las comerciantes del lugar le brindó, también con otra bolsa más pequeña de color blanco en la cual iban 3 tortillas con queso y un poco de salsa que otra de las vendedoras decidió brindarle.

“Carlitos”, como algunos comerciantes le dicen, hace todo lo que está en sus manos para poder ganarse el día a día sin importar los peligros que pueda conllevar el buscar unas monedas para comer, así que por sobre todas estas cosas busca formas de vender lo suficiente, por eso corre detrás de autos y personas esperando que se le acabe todo lo que lleva en su costal.

Ahora bien, si no le ha sucedido nada ha sido simplemente por la astucia que posee y las precauciones que su familia le ha indicado que debe de tomar ante cualquier situación de riesgo o misteriosa cerca de él.

Hay que agregar que ha estado en peligro en varias ocasiones como lo fue el pasado jueves, día en el cual iba solo camino a su vivienda por la calle principal para evitar cualquier inconveniente, pero de la nada un carro azul se le cruzó, de donde dos hombres le llamaban para “comprarle” algo, aunque según su presentimiento las intenciones de esas personas no eran buenas. Por eso mismo, decidió correr lo más rápido que pudo y refugiarse en una tienda por unos minutos mientras que esperaba que las personas se fueran del lugar.

Similarmente le sucedió a inicios de octubre, cuando se encontraba vendiendo en el mercado y de la nada un hombre lo agarro del suéter y empezó a jalarlo para fuera entre la gente, pero él como pudo se soltó del sujeto y corrió a donde habían dos policías, sin embargo, el sujeto se quedó esperando para que se apartara de ellos, así que él decidió decirle a los policías lo que sucedía en ese momento, lo cual ayudo a que el tipo desapareciera rápidamente del lugar.

Por otra parte, el domingo fue un día calmado comparado con otros días de ventas y quizá como bien lo dijo Carlos, el frío y la pandemia influyeron en las personas que seguramente se quedaron a refugiar en sus hogares, lo cual para él reflejaba una venta baja en un día de festividad.

Así llegó el medio día y la hora que tanto anhelaba para poder volver a la comodidad de su vivienda y lograr entretenerse un momento con el juego que tiene descargado en su teléfono y del cual según él, es un experto realizando las actividades que requieren para lograr un mayor punteo y alcanzar un siguiente nivel.

Antagónicamente, pero no menos importante, también indicó que hay veces que a pesar de tener el tiempo para jugar y el internet necesario para hacerlo, su hermana no lo deja ya que debe realizar los deberes que le dejan en la escuela, escuela que permanece cerrada debido a la pandemia, pero a la que él y su progenitora continúan llegando cada cierto tiempo y así informarse acerca de las tareas a realizar para evitar algún atraso en sus estudios.

Porque para Carlos es muy importante culminar sus estudios para así poder conseguir un trabajo en un lugar que a él le guste y de esa manera ayudar a su familia, aunque anhela mucho trabajar en una heladería ya que indicó que el helado es uno de sus mayores placeres.

Aunque también sueña con conseguir un trabajo en una pizzería, debido a que ha visto como las prepara una señora cercana a su vivienda y desea aprender a hacerlo. Además, la primera vez que probó una fue gracias a su madrina, quien para su cumpleaños número 11 invitó a él y a su familia a comer  y así fue como descubrió el sabor de su primera pizza.

Así es el día a día de Carlos, quien busca una forma de ganarse la vida dignamente sin importarle el clima, la pandemia, los riesgos y sobre todo sin tener cuidado a que en el proceso pierda su infancia para conseguir un futuro mejor.

Por Victor Matias






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