Por: Karla Susana García Rivas
En Guatemala circulan aproximadamente 1
millón 718 mil 713 vehículos, motos, camionetas urbanas y extraurbanas, según
la superintendencia de administración tributaria y algunos se encuentran en
pésimas condiciones. Esto provoca la expulsión de gases tóxicos, los cuales no
están regulados y afectan a la salud y el medio ambiente.
Los gases contaminantes son elementos que,
concentrados en altas cantidades en la atmósfera, generan riesgos y problemas
no solo al medio ambiente sino también a las personas, específicamente en el
sistema respiratorio. Una parte de los mecanismos de generación de estos gases son
de origen natural (como el de los volcanes), pero el mayor problema surge en
los procesos industriales que implican combustión de elementos fósiles o el uso
excesivo del transporte por carretera, entre otros. La ineficiencia de las
autoridades gubernamentales no ha permitido la implementación de un programa
que combine medidas legales (un reglamento de gases vehiculares) para la compra
y reemplazo de unidades más eficientes.
El artículo 21 de la Ley Marco para Regular
la Reducción de la Vulnerabilidad, la Adaptación Obligatoria ante los Efectos
del Cambio Climático y la Mitigación de Gases de Efecto Invernadero establece
que el Ministerio de Finanzas Públicas y la Superintendencia de Administración
Tributaria (SAT) propondrán la normativa para establecer un programa de
incentivos fiscales y subsidios enfocado en el uso de energías limpias para el
transporte público y privado. Ley que hasta el momento no ha puesto en
ejecución.
Es por eso que exhorto a los propietarios de vehículos a que hagan un poco de conciencia y realicen las revisiones correspondientes, para evitar la contaminación en el medio ambiente y enfermedades respiratorias, pulmonares y cardíacas a consecuencia de la emisión de gases.
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